Veinticinco de marzo
Luego de unos tres días de lluvia, el sol se deja ver
Este sol que a veces se vuelve escurridizo
Este sol que juega
Este sol que se acerca mucho o se aleja por un rato
Y...no sabemos vivir sin él
Y no podemos vivir en él
Sol que libre viene y libre se va.
Veintiuno de marzo
Comienzan los días de otoño
Comienza con colores diferentes
Rojos...amarillos y marrones en sus diferentes matices
Días melancólicos y hermosos
Días de sueños y sonrisas
Canciones y misterios
Días de paseos
Días de tardes pensativos
Películas y sábanas
Días de otoño
Recuerdos
Libros
Y hojas rojas.
Catorce de marzo
Nunca supe que pasó un martes catorce de marzo de...
Las estrellas estaban alineadas, de eso no hay dudas
Mis luces, prendidas
La piel sensible al tacto del rocío que caía, imperceptible
La mente con imágenes inéditas para mi
Mis sueños volaron y alcanzaron el clímax
Once de marzo
Bueno...este calor se ha vuelto insoportable
Como yo en ciertos momentos del día
Un brujito novato, moreno de ojos verdes,
me ha dicho, analizándome, que yo no me relaciono con hombres y mujeres
Yo le dije...estás en lo cierto
No me interesan
No quiero
Tengo a mi familia y me tengo
Los demás solo son
Están fuera
Creo que el calor durará un poco más.
Hoy es martes, siete de marzo
Pasado un tiempo, ese recuerdo volvió
Era una tarde gris, junto al río
Sentada en un banco, estaba yo
Pensando en lo vivido hace unas horas
Ahora todo parece una historia vieja,
llena de polvo, guardado en algún armario,
casi invisible de tan abandonado
En breve me voy y quiero dejar esto,
como un caso cerrado
Y la verdad es...cuesta dejar a un lado,
algo valioso y querido
Sin embargo
La vida pasa y el tiempo va dejando
su desastre.
Dos de marzo de 2023
Córdoba Argentina
Luego del apagón, medio país a oscuras
Después de hacer una fila tan larga que daba la vuelta al supermercado, solo para comprar velas
Para cuando volvimos, la luz había vuelto
Algunas personas creían que se había ido de vacaciones por unos días (por eso las velas, yo también compré dos paquetes de velas, por si las moscas)
También les diré que estábamos asustados
Sabíamos que debíamos guardarnos y cerrar con doble cerrojo, sabíamos con certeza que habría saqueos si no se restablecía la electricidad, seríamos carroña para los caranchos
Pero la realidad es otra
