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jueves, 25 de abril de 2024

Historias de otoño

 


Veinticinco de abril


"Cuando el desanimo se apodera de mi..."

Podría contarte mil historias y un desajuste de la realidad

El hombre que no podía estar solo, vivía en la gran ciudad, tenía un amor,

eran muy felices juntos, con sus hijos y sus nietos.

Primero partió ella, la mujer que lo contenía,  en tiempo de pandemia.

Desde ese momento, él, perdió el sentido de las cosas.

No hallaba consuelo en las flores, en la música, en las caricias del sol,

como tampoco en el vuelo de las mariposas y el canto de las aves.

Nada le sabía a nada.

Todo le parecía insulso.

La vida no era grata para él.

Un día se dejó ir.

Se fue.

Dejando la infelicidad y buscando a su eterna compañera.

A veces todo es un trago amargo y tan largo...

A veces la vida no alcanza.






miércoles, 24 de abril de 2024

La tristeza y la soledad

 


Veinticuatro de abril


¿Qué onda tu onda?

¿Porqué?

Siempre hay una opción para seguir

Siempre hay una mano para agarrar en el último momento

Pudiste haber avisado

Pudimos haber evitado

La tristeza y la soledad,

no es buena compañía 

Lleva de regalo este beso y esta flor.



 


lunes, 22 de abril de 2024

Rota

 


Veintidós de abril


La noche  

La eternidad

Anidan a la tormenta

El fuego rompe cada una de sus posibilidades

Ella y la soledad, permiten esta oportunidad

Nadie muere sin antes pagar por la noche y la eternidad

El sufrir la tormenta, ahuyentan los miedos a morir.






viernes, 19 de abril de 2024

Otoño

 


Diecinueve de abril


Viento de abril.

Solsticio de otoño.

Las sombras de las nubes se guardaron en el baúl del tiempo.

Mientras el sol se retiraba tímidamente en un ocaso silencioso,

llevándose los recuerdos y dejando en su lugar a las nostalgias

Paraíso de hojas ocres, danzando lentamente una zamba

Girando y girando con sus colores amarillos, marrones, rojos y naranjas.

"La noche nos decía, al llevarse al sol,

Que siempre al recuerdo lo iniciaba el adiós

para quién lo ha vivido en Mendoza.

Otoño eran cosas del amor"






miércoles, 17 de abril de 2024

Quizás

 


Diecisiete de abril


Cuanto mas pienso

Mas quiero pensar

Tal vez sea

Tal vez no sea

Una mariposa en tu nariz




lunes, 15 de abril de 2024

Lluvia en abril



Trece de abril


Recuerdos, vienen a mi mente.

Un pasado de una niñez feliz,

de una inocencia y las aventuras en la puerta.

Retrocedo en el tiempo.

 Y llegué a los diez años,

mi casita de madera,

muy cerca de las vías del tren,

mi barrio de entonces, Villa Lourdes.

Era un tarde de abril, llovía...llovía y llovía.

La tarde olía a tortas fritas recién hechas,

mate cocido quemado servido, 

en la mesa.

Después de una rica merienda,

paró la lluvia, salió el sol para nuestra alegría.

Salimos al patio y luego al barrio.

La lluvia había parado de llorar sus penas,

que mansa y silenciosamente las absorbía la tierra.

Mis hermanos y yo, salíamos a correr en los terrenos baldíos,

pisar los charcos de agua, para luego esperar que salgan las ranitas.

Al final, en el ocaso, volvíamos a la casa con los bolsillos llenos de ranas.

Jugando en las hojarascas de las veredas y con un hambre feroz.

La noche, plácida y juguetona, nos llenaba de sueños infantiles.





  

lunes, 8 de abril de 2024

El picaflor

 


Seis de abril


En este mundo salvaje y voraz.
Todas las mañanas calmadas, el mensajero de mis ancestros, exótico y profundo, 
se hace presente.
trayendo mensajes de buena vida para los que estamos del otro lado del plano.
Diciendo que la  vida fluye de manera diferente y con otras expectativas.
Su aliento, su paciencia de pluma trae algarabía a mi corazón. 
Todas las mañanas calmadas, al asomarse el primer rayo de sol, con sus ojitos de ardilla 
y como una herida de luz, 
aparece en la ventana el pequeño amigo tornasolado, batiendo sus pequeñas alas, 
regocijando el alma, con esperanzas de vida y no de muerte eterna.
Todas las mañanas calmadas llega el centinela del tiempo, dejando al partir, alegrías 
y consuelo en este mundo tan hostil y acelerado.
Todas las mañanas calmadas, claras y purificantes, 
mi corazón se aquieta cuando veo al picaflor,  con su legado de amor.