Veinticuatro de febrero
Pasa que,
ya saqué el último celofán con que envolvía mi corazón
Pasa que,
las mentiras acechan y se instalan las tristezas en los corazones inexpertos
Yo no sabría decir algo del amargor de los otros-otros
Hablar del mío es mas fácil, porque a veces lo reconozco
Y lo puedo apaciguar por un tiempo y vivir un rato mas
Nunca es fácil cuando se trata del corazón.
ResponderEliminarUn saludo.
Son muy buenos tiempos para la amargura.
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