Veinticinco de agosto
El día amaneció, encantador
Todos están conmigo
Vinieron a visitarme
El sol
Las aves y la brisa fresca
Salí hacia todos ellos ,
Y me diluí en la esencia
La alegría de estar viva
Fue allí que sonreí de puro placer
Y me dije...
"nada debería estar prohibido"
Entre lo real y lo soñado
No hay comentarios:
Publicar un comentario