Veintiocho de febrero
Ahora que mas o menos, puedo mover las piernas
Tengo mucho que decir
Desde que comencé el viaje hacia la locura, también, comenzó la magia
El aire de las sierras alimentaba el delirio
Tanta alegría en el encuentro
Tanto poema en cada latido...en cada beso...en cada grito
Mis pensamientos echaron a volar, buscando, tal vez el último rayo del sol, para tanta luz
Emociones y risas
El encanto se volvió Rocío y la voz en canción...
Mil canciones para mi y cincuenta y nueve mil almas
Emoción fue escucharte
Tanta entrega
Tanta pasión
Yo...te regalo una flor, en tu jardín, la primera que veas, al despertar
Al final
Después de todo lo que pasó
Despertaron los zombies
Se calzaron con zapatillas de sapos, hechos a presión
Y comenzó la vuelta a la realidad
Lentamente
Se arrastraron
Cantando lo que fue
Genual tu relato de una noche magica y un camino lleno de entusiasmo hasta Santa Maria de Punilla.
ResponderEliminarMi hijo estaba alli alucinado. Beso