Veintinueve de noviembre
De verdad, hoy no sabía de qué hablar en la sobremesa, el calor me nublaba la mente y solo podía pensar en una playa de un río bajo un árbol y una jarra grande con licuado de piña.
Era tan intensa la obsesión que de repente me vi tomando un licuado en el bar del super, acompañada de mi hija y mi nieta.
También me hubiera gustado estar sentada en un sillón a orillas del río Paraguay en Formosa y sentir que la lluvia resbalar en mi cuerpo.
Una gloriosa sensación de frescura, sin que nadie me hable...ni me toque.
Calor ya?
ResponderEliminarAquí el verano fuer horroroso.
Me da miedo pensar en el próximo.
Ojalá el vuestro sea amable.
Yo soy amante del frío
EliminarEl calor me aplasta