Dieciocho de mayo
Caminaba lentamente por la avenida del Infinito, cerca de la esquina dónde el sol asoma su mejor cara.
Mientras mis pasos se dirigían al lugar, sin las ordenes del cerebro , apreté con ansias de llegar, las llaves de los deseos.
Me las había regalado, casi sin querer, la luna llena de mayo, en un arranque de esa extraña bondad que posee de vez en cuando.
No quería apresurar los pasos, mis preguntas, debían ser muy pensadas, con la seguridad del tiempo, que todo lo destruye.
¿Cuál sería mi deseo mas importante?
Mi felicidad consiste en varios puntos.
La calma y la mente en armonía, junto con los latidos del corazón y la buena salud del cuerpo.
Las emociones y a razón, respirando el mismo aire.
Mis afectos y mis amores, junto a mi.
¿Todo esto, que me preocupa hallar?
La llave guardada en el bolsillo del saco.
¿Es la llave?
¿Está cerca de mi deseo de ser feliz?
Miré al sol con la esperanza reflejada en mis ojos y el alma.
El sol, con esa humildad y ese calor que lo motiva.
-La llave, tu llave, ese deseo tan importante para vos, está adentro tuyo, en la armonía de tu ser, de tu existir.
En la paz que tienes.
En tu conciencia que llevas.
En el amor que das y recibes.
Sabes muy bien, donde hallarla.
La llave, eres tu.
Tienes una gran inteligencia emocional.
ResponderEliminarBesos.
Dudo que pudiéramos seguir viviendo si conociéramos todos nuestros deseos, y cómo concretarlos.
ResponderEliminarSaludos,
J.