Treinta y uno de octubre
El día apacible
El sol jugaba con el viento marrón
Yo cocinaba para las palomas, algo de maíz con leche
Morita caminaba muy oronda, doblando la esquina del farol
Y las flores se doblaban y hablaban en un secreto momentáneo
Pensaba en la vida de muchos, todos juntos no llenan una vasija de barro
Y otros tan pocos, llenando los mares del planeta
Y para eso, no hace falta ser famoso, culto o tener mucho dinero
Solo hace falta ser
Amortiguan mis golpes mis golpes bajos
La gran almohada de algodón
La blanca con pintitas rojas
La que abrazo cuando duermo
La que de noche se transforma en alfombra voladora
Esta noche te recuerdo
Buenas noches
La almohada suele ser saco de boxeo muchas veces...
ResponderEliminarUn saludo.
:)
ResponderEliminarBuenos días.