Diecisiete de febrero
Miro hacia una de las ventanitas de vidrio, al costado del lavadero,
Veo unas cortinas de llaves antiguas, colgadas e imagino un montón de puertas que se abren.
Se abren a cualquier sitio.
Podría elegir la número tres o la cincuenta y probar.
Probar las posibilidades que me ofrecen esas puertas invisibles a ojos que no sean los míos.
Me dirijo hacia esos mundos desconocidos.
Quizás encuentre un lugar para mi soledad, para mi desconcierto o para mi verdad.
Cualquier puerta que abras será algo por descubrir, yo no me lo pensaría. Suerte.
ResponderEliminarMi abrazo con cariño.