Hoy veintisiete de agosto
La vida pasa
Nosotras, nos quedamos mirando el sudeste y aquí no pasa nada
El tren si pasa, cada vez más seguido
Quedan muchos pasajeros en el andén, hay mucha gente en este mundo
Creo que faltan años de pandemias para descargar el planeta
Generar un nuevo sol que afecte a las personas indeseables
Crear una luna nueva y que sea roja
Una hermosa humanidad sana, nos espera
Veinticuatro de agosto
Mi lobo interior
Es una avejentada loba,
hasta ahora, alfa de la pequeña jauría.
Tiene los colores de la tierra,
rojo, marrón y negro.
Caminan por la meseta,
buscando algo vivo para comer.
Ella va rompiendo los espacios en los pajonales,
tratando de encontrar un lugar definitivo,
para asentarse y morir en paz.
Las que la siguen son sus hijas hembras y sus crías.
Casi son las últimas de la especie, tan raras y cerradas.
Deben preservar el linaje.
Deben encontrar un lugar seguro, lejos del peor predador,
el humano.
Sus ojos miran en la profundidad del tiempo, ella observa, ella intuye, ella piensa.
esos pensamientos se aquietan al divisar a los lejos una majada de ovejas.
Entre todas van ejecutando la mejor estrategia para cazar una, elijen a su presa.
¡A la carga mis pequeñas!
¡Qué somos!
¡Lobas, lobas, lobas,!
¡Cómo estamos!
¡Vivas, vivas, vivas!
¡Adonde vamos!
¡A la eternidad!
Al atacar a las ovejas, ella gruñe y en su gruñir dice...
¡Cuiden a sus corderos, que mis lobas están sueltas!
Veinte de agosto
Estamos en el mes de las brujas verde limón
Viven a orillas del río Lobeo
Comen conejos de cartón
Bailan alrededor de la fogata,
cantándole a la luna llena,
tomando vodka de pera,
empolvorado con polvo del jardín
Bailan hasta caer borrachas al agua,
asustando a algún desprevenido pez
Las charatas se han dormido y por fin
despertaron las lechuzas para cantar
a la noche y al misterio brujeril
Diecinueve de agosto
Te miro y te veo.
A veces llena de luz plateada inventada.
A veces opaca opuesta al sol.
Pienso en ti, desde mi hombría,
el amor aflora hacia el universo.
Tu luz extraña que proviene de una estrella,
me provoca acunarte en esas noches de media luna.
Tu poder de seducción, me fascina y me deleita,
pensando en mil palabras en el viento.
Quiero arrancarte de ese cielo y sin embargo,
deseo verte cada noche desde la ventana infinita
de mi amor.
Quiero romper los esquemas de realidades y
robarte en mis delirios soñados.
Quiero ser parte de tu misterio y envolverme en tu
extraño reflejo.
Luna llena...luna partida...llévame contigo
en mis noches de insomnios, de quimeras y locuras.
Agosto, quince de agosto
Es un día dónde no caben las tristezas
Quizás alguna penita por ahí se cuela
El sol demanda atención
El cielo es todo celeste, es un día de Belgrano
El robotito me mira con desaprobación robótica,
el no sabe nada del presente,
solamente sabe del futuro
(Este robot del futuro me regaló un sobrino muy querido)
El perrito de peluche marrón quiere salir a jugar afuera,
en el día esplendoroso
En cambio las fotografía que están arriba de la pequeña biblioteca,
me dicen, disfruta a tu manera y yo lo hago
Los lápices de colores, metidos en su lata verde de aceite de oliva,
a veces gritan para que los saque de ese lu8gar frío
Yo sigo escribiendo...
Once de agosto
Ecos en mi vida, que son como herencias
ancestrales
Vienen a recordarme dónde no debo ir
Me dicen que...
No vuelvas a pisar este palito,
no vuelvas a beber de esta agua amarga,
no vuelvas a pasar por el sendero del odio,
no vuelvas a pagar el mismo precio por lo que quieres
No vuelvas a entregar tu tesoro al que no lo merece
No vuelvas a amar a quién le es indiferente tu amor
No vuelvas a confiar en quién no confía en vos
Tantos no vuelvas
Tantos ecos que llegan a mi diciendo...
-Hola ¿ cómo estás?
Con el amor
Con el amanecer y la salida del sol
Con las flores
Con la lluvia
Con las risas de tus hijos
Con un abrazo
Con decir
Esto repetía mi abuela cada tanto.
GLADYS LEGUIZAMÓN
GLADYS LEGUIZAMÓN
Nació en Formosa (Vuelta Fermosa), en el costado norte de la Patria, en junio del 60, con raíces mestizas, afro, guaraní, árabe y española, pero con gran sentir argentino.
Vivió una feliz infancia en medio del monte formoseño y una adolescencia introvertida e invisible para el resto del mundo.
Casada con Daniel Bareiro a los 22 años en la ciudad de Córdoba, completó su familia con cuatro hijos y luego cuatro nietos que hacen a su alegría y ocupación diaria.
Terminó el secundario en una institución para adultos y comenzó Filosofía en la universidad de Córdoba, carrera que no pudo terminar por motivos personales.
Lleva prendido a su alma el escribir y la lectura, logrando así realizarse como escritora. Ha publicado en 2011 “Aromas del corazón”, primer compilado de prosa poética y poesías, y participó en el 2023 de la Antología “Quebrando el Silencio” del Taller Literario “Letras del Sur”.
Escribe textos cortos que brotan de su esencia de mujer, madre y abuela, algunos de los cuales comparte en este libro.
Siempre aprendiendo de la vida y aceptar el regalo de vivir.
